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No vale salir en la prensa plantando árboles sin un estudio previo

"No puedes dejar los bosques para el recreo y el paisaje porque los bosques no son una iglesia que se visita y ya está".

Euskadi tiene una gran variedad de especies arbóreas coníferas. Crecen muy bien, aunque con el problema de la enfermedad “de las bandas” se aceleró la desaparición del pino radiata  y ahora no es la variedad preferida por los propietarios a la hora de plantarla, según lo aseguraba Alejandro Cantero técnico de la fundación Hazi en el Curso de Verano sobre las posibilidades  de las plantaciones forestales con coníferas hoy.


La grave crisis que se vivió en 2018 obligó a muchos propietarios a cortar al ver sus árboles secos. Otros, los que tenían pinos sanos, han tenido miedo y han acelerado la corta. Consecuencia. “Cortar mucho y plantar menos”. NO han intervenido críticas ecologistas como las que pudo hacer contra el pino radiata en los años 80 cuando se ha ido demostrando que no perjudica el suelo ni es especie enemiga.


Alejandro Cantero era contundente “La única máquina que tiene el ser humano para la captación de CO2 es la replantación forestal. Lo único que lo fija de manera efectiva es la madera y el suelo. Si cortas ese pinar y utilizas su madera para un bien duradero como es la construcción, el carbono sigue fijado en esa construcción de madera. Se vuelve a plantar y se vuelve a capturar CO2”.

Las masas en el País Vasco son de las más productivas de Europa. Muchos bosques en los que llueve bastante, con una temperatura agradable que permite un crecimiento en metros cúbicos de los más altos del continente. "Somos territorio pequeño pero que puede aportar mucho en la lucha contra el cambio climático".


En Europa en los últimos años perdieron la costumbre de cortar madera. Dedicaron los bosques para recreo y siguieron creciendo hasta llegar a las catástrofes. Los derribos por el viento, la muerte de especies… dejan de captar. Cuando el bosque crece a un determinado nivel deja de ser productivo, si con una buena gestión forestal cortas un nivel de madera consigues cerrar el ciclo. Aprovechar la madera y volver a plantar y seguir captando carbono. El bosque seguirá creciendo y aminorarás los riesgos. Los árboles no tan altos están protegidos por ciertas plagas porque son jóvenes y se van regenerando. En definitiva, bosques más jóvenes.

Ahora en centro Europa la situación es bastante peor de la que vivimos en 2018. Desde hace años os bosques están atacados por “esolítidos que está acabando con los abetos. Millones y millones de abetos que se están secando y que hay que recuperarlos con una gestión más activa de los bosques. El origen parece ser el cambio climático”. “No puedes dejar los bosques para el recreo y el paisaje porque los bosques no son una iglesia que se visita y ya está".


Como en otras cosas la política europea el Pacto Verde Europeo se olvidó de los bosques y se concentró en la reducción de emisiones. Con el tiempo se han dado cuenta y ahora tienen una línea para evitar la deforestación y evitar importación de productos no europeos que conlleven esa deforestación como es el caso del aceite de palma y la soja si no tienen una certificación de sostenibilidad desde su procedencia y han girado la cabeza también a una gestión activa de los propios bosques europeos. “Cortar madera y gestionar los bosques es la mejor manera de disminuir el calentamiento global".


En Latinoamérica son los cálculos puramente económicos los que están determinando la plantación de aceite de palma, soja o eucalipto. Alejandro Cantero no obviaba las muchas plantaciones de árboles que algunas firmas están divulgando por puro espíritu plublicitario, ( greenwhasing) “ NO se plantan las especies que más carbón pueden fijar sino bonitas como robles o fresnos que luego se abandonan, crece la maleza y se los come. Si quieren ser efectivas tiene que tener un equilibrio entre las especies autóctonas, captadoras de carbono y con capacidad de defenderse del matorral. Hacer un buen estudio y no salir en la prensa plantando árboles.


El sector tiene mucho futuro en el País Vasco, ya quisieran otros tener la productividad de aquí, la vigilancia y las ganas de probar nuevas cosas. “Después de la bofetada de 2018 creo que el sector ha recuperado las fuerzas y los ánimos. El problema es que está envejecido. Se necesita un cambio generacional.