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“Debemos aprender a compartir nuestro conocimiento”

La Directora del Programa de Ciencias de European Schoolnet Agueda Gras ha dado una ponencia en el curso “¡Aprender hoy a resolver mañana! Las competencias STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemática” en la que ha destacado la importancia de compartir

“¿Qué me diríais si os pidiese que me mandáseis documentos o fotografías creadas por vosotros a mí?”. Con esta pregunta ha comenzado su ponencia Agueda Gras, Directora del Programa de Ciencias European Schoolnet y miembro de la organización Scientix, en la que ha cuestionado la educación de que reciben los niños y niñas. ¿Cuántos de vosotros habéis escuchado de pequeño la frase de ‘no toques eso que es de tu madre’. Nos educan desde la infancia para que no compartamos nuestras pertenencias para luego, de mayores, decirnos ‘oye, no seas así, aprende a compartir”.

De esa manera ha presentado Agueda SCIENTIX (www.scientix.eu), una organización que “promueve y respalda la colaboración entre docentes, investigadores del ámbito de la enseñanza, legisladores y otros profesionales de la docencia de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas a nivel europeo”. Todo este intercambio de ideas y proyectos se fundamenta en la “filosofía de la colaboración” que tiene sus raíces en el objetivo de “querer compartir conocimiento y metodologías de enseñanza e investigación” porque “un docente finlandés tiene mucho que aportar a un italiano y el italiano, a su vez, a un holandés”.

Precisamente porque “tener una carrera universitaria ya no garantiza tener un trabajo” es ahora cuando “hay otras cualidades que se deben desarrollar en el alumnado como las habilidades transversales: la creatividad, la iniciativa para solucionar problemas, el emprendimiento o la habilidad propia de poder aprender”. Serán esas las habilidades que ofrezcan una “ventaja competitiva” a través de la cualES serán capaces de enriquecerse mutuamente.

En ese contexto ha presentado el ejemplo que organiza Scientix a Bruselas donde en un viaje se encuentran entre 30 profesores de toda Europa. “En ese encuentro que dura 48 horas, se junta a los profesores en un aula que se divide en 6 espacios diferentes donde trabajan conjuntamente para dar solución a diferentes problemas científicos que se plantean”. Cada año reciben unas 350 solicitudes de profesores para participar en este programa con tan solo 30 plazas. “La manera más sencilla de ser seleccionado es siendo embajador de Scientix. Estos embajadores son miembros del comité de docentes de Scientix y dan a conocer Scientix entre sus compañeros y profesores de ciencias y matemáticas de Europa”.

Agueda Gras también ha explicado que estos encuentros se realizan porque “no hay nada que supere el conocimiento cara a cara para lograr un mayor conocimiento”. Y ha añadido que “resulta difícil ser constante realizando cursos en línea porque siempre encuentras otras tareas más urgentes que hacer”. Además, otra ventaja de reunir a docentes europeos es que “estos encuentros ayudan a hacer entender a los profesores que no están solos, que hay otras personas que investigan en materias científicas similares y que se pueden enriquecer mutuamente alimentándose de nuevas ideas frescas”.

Pero para ello, hace falta que los investigadores científicos “se conciencien de las ventajas que ofrece la licencia Creative Commons”, a través de la cual, se reconoce la autoría del creador de la obra existiendo la posibilidad de modificar el documento o no. “Para nosotros, desde Scientix, es importante que los profesores permitan hacer modificaciones en la obra porque si no, no podemos traducir”. Scientix ofrece un servicio de traducción gratuito para lograr que “el trabajo de un checo pueda servir a un griego”. De hecho, “existe la posibilidad de traducir documentos al euskera”. Al final, se trata de “ayudar entre todos a mejorar la educación de las ciencias en Europa”.

La generalización, un determinante educativo

“La generalización es un arma muy peligrosa” ha apuntado Agueda Gras, quien también ha añadido que “las conclusiones generales” que se sacan a partir de “determinadas estadísticas”, no se pueden “aplicar ni siempre ni de la misma manera”. “Existe el caso de una niña que comenzó a decir en casa que quería ser niño. Tras un breve proceso de hormonación masculina, se supo que la niña en realidad no era transexual, sino que había oído que para ser científico debía ser hombre”.

Este tipo de frases que connotan un determinante de género condiciona la manera en la que posteriormente se desarrolla el público infantil. “Pero el género es tan solo uno de los muchos determinantes que existen. Hay más, como por ejemplo, de clase social o de raza”. En este contexto, “la tendencia es que la labor del profesor comienze a incluir la labor de los orientadores para lograr eliminar estos determinantes y poder garantizar que las generalizaciones que escuchamos desde pequeños no nos condicionen a la hora de elegir la disciplina para estudiar y haya bomberos mujeres y enfermeros hombres. Porque a mí me da igual el género del trabajador. Lo que me importa es que sea eficaz y buen profesional”.