El género impuesto por la normatividad es un aprendizaje y disciplina de las diferencias
Jon San Vicente, director de “Estudios LGBTIAQ+” hace referencia al concepto de biopolítica como una forma de ejercer el poder sobre las personas y las poblaciones en general, que construye a los seres humanos y sus subjetividades.
Un hecho que comienza a formarse debido a la influencia del capitalismo, la formación de los Estados-nación, la industrialización... Y es que, mientras que en los viejos regímenes existía un tipo de economía de subsistencia, alrededor del siglo XVIII se comienza a observar una economía centrada en el consumo y en la producción. Una economía que requería de mano de obra para poder responder a las demandas de la producción, mano de obra para defender las fronteras o para reemplazar las bajas que se repetían por las difíciles condiciones de vida. “Un movimiento que comienza a intentar controlar la natalidad y por ello las relaciones cishterosexuales como las únicas validas, los modelos familiares o la propia identidad entre otros. Una identidad que será comprendida por Michel Foucault como un artefacto de domesticación y en la cual, si naces con una materialidad corporal concreta, se van a inscribir en ti muchas expectativas, como un sexo, género, identidades, orientaciones o modelos relacionales concretas que pueden entenderse como el sistema sexo-género”.
Hugo Morales habla del sistema sexo-género como una forma de la construcción de la norma como resultado de una sociedad binarista, “me atrevo a decir que se formula la lógica lineal sexo-género-expresión-identidad-orientación en la lectura de los cuerpos, es decir de ver y saber reconocer todo esto con las posibilidades de: macho-hembra, hombre-mujer, expresión acorde al género asignado al nacer, cis y hetero. Por tanto, todo lo que quede fuera de esta lógica lineal será considerado minoritario jerárquicamente, patologizado y disidente”.
“Caer en la trama del sistema sexo-género es directamente proporcional a continuar con el velo de la ignorancia que al Estado le interesa mantener para el control de nuestros cuerpos bajo opresiones que se han construido desde arriba. Cuando realmente es imposible no reconocer que vivimos en un mundo con diversidad de corporalidades, subjetividades, vulnerabilidades, diferencias, interseccionalidades y modelos relacionales, que es lo que trataremos en el curso.”
Hugo Morales hablaba de performatividad relacionada con la identidad, como “algo que se hace cotidianamente y que vamos asimilando e interiorizando al estar impuesto por las normas sociales. Se convierte en un acto de constante rendimiento para escenificar lo que queremos expresar a la sociedad, y que ésta nos perciba como queremos. Sin embargo, con la misma performatividad que se construye, también se deconstruye mostrando la identidad como queramos vivirla, originando nuevas realidades y vivencias”. Para entenderlo, cita que los talleres Drag juegan un papel importante “de quienes hemos aprendido que el género impuesto por la normatividad es un aprendizaje y disciplina de las diferencias. Nos ayudan a desnaturalizar la cotidianidad, los espacios y las maneras de actuar fuera de identidades rígidas y estáticas”.
El curso nace de un grupo de personas de espacios militantes, sociales y académicos y que han coincidido en la primera promoción del Máster en Estudios LGBTIQ+ de la Universidad Complutense de Madrid. La unión surge al compartir “nuestras vivencias, perspectivas y teorías que han dado como resultado la fusión de crear este proyecto para acercar la academia a la cotidianidad y crear nuevos conocimientos”
Para Jon San Vicente “con este curso de Estudios LGBTIAQ+, lo que se va a pretender es introducirse en el cuestionamiento crítico del sistema normativo en relación con el sexo, género, identidades, orientaciones y modelos relacionales. Se persigue deconstruir dicho sistema que otorga espacios de privilegios a ciertos cuerpos y/o conductas, a costa de la opresión e invisibilización de otras realidades. Asimismo, con estos estudios nos centraremos en dar a conocer la realidad LGTBIAQ+ y crear un discurso válido para las disidencias sexogenéricas, ofreciendo herramientas de respuesta y subversión ante discursos hegemónicos.
Algo que nos gustaría dejar claro, es que el curso no está únicamente enfocado para las personas LGBTIAQ+, sino que lo que buscamos es cuestionar y ofrecer herramientas para poder habitar en nuevos espacios de una manera, en cierta medida menos establecida.”