“El género en la mirada”
Ha arrancado en el Bizkaia Aretoa el 8º Encuentro Internacional de Cultura, Comunicación y Desarrollo: Comunicando para un Desarrollo Sostenible” ‘El género en la mirada’ ha sido el tema desarrollado por Greta Frankenfeld, periodista y técnica de proyectos de KDG-ONGD.
La mirada de género es el análisis bajo el prisma de género científico que requiere una constancia y reflexión para analizar las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Además, Frankenfeld ha insistido en “no perder de vista el contexto y el objeto de observación” como factores determinantes que son de la identidad de las personas.
“La comunicación es un derecho”, y como tal, hay que garantizar tres objetivos básicos desde la perspectiva de género: El primero busca lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas. Para ello habría que mejorar el uso de la tecnología instrumental y en particular la tecnología de la información y las comunicaciones. En segundo lugar, es necesario reducir la desigualdad dentro de los países y entre los mismos. “Para el año 2030, tendríamos que potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, religión o situación económica”. Y en último lugar, garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Frankenfeld ha subrayado la idea de garantizar que todo el alumnado adquiera los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible mediante la educación para así adoptar estilos de vida sostenibles, ser conscientes de los derechos humanos y garantizar la igualdad de géneros.
La comunicación artística y audiovisual es una de las herramientas más influyentes tanto individual como colectiva, por tres motivos: es un formato de fácil absorción, atractivo y causa un gran impacto racional y emocional. “Es una herramienta de poder”, explica.
La publicidad, por su parte, “utiliza el cuerpo de la mujer como un mero producto” explica la periodista. Los anuncios incitan a que se cree la necesidad de que la mujer sea delgada, atractiva, eternamente joven, sexy y al servicio del hombre.
En el cine ocurre lo mismo; las películas en las que aparecen mujeres lo hacen en papeles secundarios y en el caso de tener papeles protagonistas son “de mujer fatal, sexy y mala” como la actriz estadounidense Anne Hathaway en el papel de Catwoman. Detrás de las cámaras la situación es similar: Los Premios Goya desde el año 1987 solo han premiado dos películas dirigidas por mujeres .Como Mejor Película, Te doy mis ojos de Icíar Bollaín y La vida secreta de las palabras de Isabel Coixet. Este año, “de doce trabajos que optan a dicho trabajo no hay ninguno dirigido por una mujer”, ha afirmado Frankenfeld.
La música tampoco se libra de “castigar y discriminar” a la mujer. En videoclips como el de la canción Blured lines de Robin Thicke es “tolerante con el acoso sexual” porque aparecen hombres diciendo a mujeres semidesnudas cómo ellos saben lo que a ellas les gusta, lo que ellas desean y les piden que sean “buenas chicas”.
Por último Greta Frankenfeld ha insistido en la necesidad de que existan productos comunicativos que representen la diversidad humana y geográfica y que no estereotipen ni permitan los roles patriarcales y heteronormativos. Además, para que la comunicación transforme la sociedad, deberá estar representada por mujeres, grupos de género diverso, colectivos discriminados y minorías étnicas, religiosas, culturales y sociales.