La humanidad no tiene capacidad de destruir el planeta
El concepto antropoceno no se ha acuñado desde las ciencias geológicas, sino que fue un químico el premio Nobel Paul Crutzen, quien lo empezó a utilizar durante una reunión del Programa Internacional Geosfera/Biosfera. Estatigráficamente se comenzó a considerar a partir de 2.008. El concepto sugiere que la humanidad está dejando una huella en el planeta que puede persistir y que esa huella puede hacer que el modo de vida o las condiciones de nuestro planeta sean diferentes a las anteriores. Si son muy diferentes podemos hablar de un nuevo tiempo geológico”.
Partiendo de esa base, la directora del Instituto Geológico y Minero de España (IGME- CSIC) Ana María Alonso decía que en realidad nos estamos haciendo una pregunta básica. ¿Es la humanidad capaz de cambiar el planeta? Si los efectos de su huella son negativos, ¿podemos repensarlo y cambiar a positivo? Podemos también no darnos cuenta y no hacer nada… al planeta le va a dar igual, va a seguir porque la humanidad no tiene capacidad de destruir el planeta. El planeta se va a conservar sí o sí, el planeta lo que puede hacer es expulsarnos.
“No tenemos capacidad para destruirlo, tenemos capacidad de modificar el planeta para que nos haga daño a nosotros, pero no para destruirlo. Ha habido crisis muchísimo más grandes y el planeta sigue aquí, no así los dinosaurios”.
El tiempo geológico se mide en escalas de millones de años. El tiempo es importante en cuanto va modificando las cosas. El tiempo geológico es perceptible en los distintos estratos que vienen a ser como un libro que se lee al revés, empezando por el final. Somos capaces de ver los estratos porque hay procesos erosivos como los de un rio que rompe verticalmente una tarta y nos deja ver cada una de las capas hasta llegar al primer estrato. Cada estrato refleja la geo y la biodiversidad de cada tiempo con sus respectivos fósiles.
La Tabla Crono-estratigráfica refleja los momentos críticos de la historia del planeta; refleja 5 grandes extinciones en algunas de las cuales llegaron a desaparecer el 95% de las especies. La más importante, hace 252 millones de años (límite entre el Pérmico y el Triásico). La Tierra era un único continente con posibles grandes erupciones volcánicas y quizá recibiendo el impacto de un meteorito. “Esa crisis fue bestial pero el planeta siguió”.
La segunda otra gran crisis se dio hace 66 millones de años y es más conocida por la desaparición de los dinosaurios tras la caída de un meteorito en el Yucatán. Junto a los dinosaurios desaparecieron el 80% de las especies. Los organismos más sofisticados, los que necesitaban más recursos para vivir se extinguieron. Los pequeños sobreviven y el planeta sigue. “Gracias a la extinción de los dinosaurios quedó un nicho para los mamíferos. Gracias a esta gran extinción evolucionaron los mamíferos y estamos aquí los homínidos”.
“Estas grandes extinciones nos demuestra que el planeta está en permanente cambio y vivo. Va cambiando la biodiversidad y la geodiversidad. Ahora se afirma que podríamos estar en la sexta extinción de la que podríamos ser protagonistas y responsables”.
¿Estamos en el antropoceno? Las preguntas a resolver giran sobre si nuestra huella va a dejar señales permanentes que perduren en el tiempo y cómo puede afectar a la vida en el planeta. “Hablamos de cuidar el planeta, pero quien está en peligro es la humanidad”.
El término antropoceno ha sobrepasado la dimensión geológica y es más apreciado fuera de esta disciplina. ”la ciencia es garantista conservacionista” Está incluido en el diccionario de Oxford, aunque no está adoptado por la comunidad científica.
Se refiere a una etapa de nuestro planeta caracterizado por alteraciones geológicas muy rápidas y muy profundas provocado por las personas que habitamos el planeta. Cambios que se están sedimentando tanto en los sedimentos y en el hielo diferenciándose de la era anterior, el Holoceno que comenzó hace 11.700 años.
Ana María Alonso hacía un repaso por los fenómenos que justificarían hablar de un cambio de era. La Sociedad Geológica de Londres aporta en 2008 datos referidos a la erosión y sedimentación gracias a la acción humana que sobrepasan un orden de magnitud superior a la de todos los ríos del mundo. La producción anual de sedimentos antropogénicos es 24 veces superior a la tasa de aportación de todos los ríos a los océanos. (ladrillos, materiales de construcción).
La subida del nivel del mar-estable durante los últimos 7.000 años- es de 0.3 m cada cien años y se espera que se duplique. El PH de los océanos se está volviendo más ácido con consecuencias para la biodiversidad marina, colares etc. Las tasas de extinción también se están multiplicando y las emisiones de CO2 provocadas por el hombre superan la de los volcanes de todo el mundo con un aumento significativo a partir de 1850. “Todos los indicadores sufren elevaciones muy importantes a partir de esa fecha.
De toda esta actividad se quedarán en el estrato los llamados “minerales antropogénicos”. Compuestos inorgánicos cristalinos similares a minerales que se han generados por la acción del hombre (Ladrillos, cerámicas, vidrios, hormigón que se van erosionando en los ríos y se van sedimentando). “Eso son ya rocas sedimentarias con unos materiales de nueva creación y que no son ni granitos ni calizas. Los plásticos a una escala de tiempo geológica probablemente desaparecerán”.
Como ejemplos Ana María Alonso citaba la roca que encontró en Gran Canaria que en su núcleo no era sino poliespan rodeado de calcita. Es decir, la roca antropogénica databa más o menos de 1969 cuando el poliespan comenzó a comercializarse en España. Citaba también la playa de Gorrondatxe, también conocida como Azkorri en Getxo donde han aflorado rocas derivadas de la actividad de los Altos Hornos de Bizkaia. El mar ha ido erosionando los productos que las escombreras echaban al mar; lo erosionaba y lo re-sedimentaba como si fuese una arena o conglomerado de playa en las que aparecen materiales naturales como fragmentos de conchas y arena y junto a ellos, los ladrillos, las cerámicas, los aceros y un montón de minerales rarísimos generados en los altos hornos.
Se pierde flora y fauna. Entre 11.000 y 58:000 especies anualmente, Una perdida global de un 35% de las especies en los últimos 40 años. Por la acción humana también se ha producido por primera vez el fenómeno de la invasión de especies en hábitats distintos al suyo y se ha provocado una superproducción de carne, “Se dice que de los fósiles que quedarán en este estrato, los huesos de pollo se convertirán en el fósil guía.
“La explotación de los acuíferos está provocando una subsidencia, es decir los terrenos tienden a hundirse Si los terrenos están cerca del mar, entra agua marina. No es que suba el nivel del mar, sino estamos provocando que baje el nivel de la tierra. Es otro de los riesgos que está provocando la acción humana en este gran cambio global.
“La pérdida acumulativa de fauna amenaza las funciones ecológicas básicas y nos empuja a un punto de inflexión que puede ser de no retorno. Sin ser negacionistas, tenemos que seguir viviendo en el planeta de una forma segura, sostenible y responsable. Responsabilidad en lo que hacemos, en lo no hemos hecho bien como en lo que podemos hacer bien. No somos culpables de vivir en esta economía de mercado, pero podemos consumir menos, consumir mejor y tener una visión ética del problema. Desde la geología se pueden gestionar los recursos sin ser hipócritas. La minería es necesaria, todos tenemos móviles, necesitamos los minerales para hacer la transición energética. ¿Las sacamos de África sobreexplotando lugares y personas o de aquí haciendo bien las cosas? Hay minería menos y más sostenible, minería que cuida más los derechos humanos y minería que los descuida. “La geología es una ciencia para la transición ecológica”.
La conservación de la naturaleza tiene que incluir los elementos geológicos. España tras de China es el país más rico en geo diversidad. Cuenta con 15 geo parques con el logo de calidad Unesco. España cuenta además con más de 4.400 lugares de interés geológico que se puede proteger a través del programa “Apadrina una roca”.
Se barajan posibles fechas del inicio del antropoceno. Algunos la datan en la colisión entre el viejo y el nuevo mundo, otros en la revolución industrial y ahora mayoritariamente se viene manejando las fechas de 1945-1950 con las primeras explosiones nucleares. Muchos científicos no lo aceptan al considerar que se trata de un espacio de tiempo muy corto, pero “es un término imprescindible para la geología y otras ciencias. Hace falta que la Comisión Internacional de Estratigrafía vote y la Unión Internacional de Ciencias Geológicas lo corrobore. ”Lo importante es entender el antropoceno como un concepto integrador que nos tiene que hacer pensar. Su reconocimiento puede ser un punto de encuentro entre las ciencias y las humanidades para hacernos reflexionar sobre nosotros mismos y nuestros comportamientos. Estamos mirando la tabla geológica no al pasado, sino al presente y al futuro: la transición ecológica. Es un cambio de paradigma importante para la Geología”.