Plan Estratégico para co-crear la resiliencia de Gipuzkoa
La Diputación guipuzcoana, en el marco del Plan Estratégico 2015-2019, encargó un estudio para proponer una estrategia de resiliencia del territorio histórico. La resiliencia es un elemento clave en el buen devenir de cualquier territorio y una de las agencias de la ONU llamada ONU-Habitat define el concepto como “la habilidad de cualquier sistema urbano de mantener la continuidad después de impactos o de catástrofes, mientras que se adapta y transforma positivamente hacia la sostenibilidad”.
Se trata de una proyección a futuro y “la planificación estratégica no es una herramienta que trata de adivinar el futuro”, dicen sus responsables Victoria de Elizagarate y David García. Su método, en realidad, consiste en analizar cómo se abordará el futuro, valorando los cambios y tendencias que pueden acontecer, considerando las fortalezas que dispone actualmente, y corrigiendo las debilidades detectadas.
Se analizan, por lo tanto, las distintas vulnerabilidades del territorio. Ante posibles riesgos de desastres, uno de los aspectos contemplados por ONU-Habitat. diversos estudios han demostrado la relación que existe entre la falta de desarrollo socioeconómico, las debilidades para hacer frente a un determinado impacto, los déficits de la gestión pública, y la falta de capacidad de respuesta ante un desastre. A su vez, por medio de la “Oficina para la reducción del riesgo de desastres” UNISDR (2012), la ONU expone los tipos de vulnerabilidad a los que puede estar sometido un territorio, y que han sido clasificadas en cuatro tipos: la vulnerabilidad social, económica, física, y ambiental.
La prevención de la vulnerabilidad social contempla una serie de factores que van desde la edad de la población, género, etnicidad, educación, nivel de renta o infraestructuras del territorio... El diagnóstico realizado ha mostrado la capacidad de resiliencia de Gipuzkoa como consecuencia de tener baja vulnerabilidad en indicadores socioeconómicos, del nivel económico de la población, el acceso de la población a los servicios hospitalarios, de movilidad y acceso a las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación). En cambio, muestra menor resiliencia y mayor vulnerabilidad social en indicadores demográficos por la presión demográfica en un territorio densamente poblado.
La vulnerabilidad económica depende del Producto Interior Bruto, del número de empresas establecidas, de la renta de la población, así como de la capacidad económica de la administración pública. Son indicadores que determinan la capacidad de continuidad de un territorio ante un desastre. En el caso de Gipuzkoa, el estudio constata la capacidad de resiliencia del territorio. Pero también destaca la necesidad de que los agentes económicos se impliquen en el logro de la resiliencia, participando en las acciones que se desarrollen desde la Diputación Foral y Departamento de Obras Públicas y Medio Ambiente, siendo una de ellas la colaboración en el plan estratégico propuesto.
En cuanto a la vulnerabilidad ambiental, cabe destacar que es un valor intangible de muchos recursos naturales, lo que hace que sea más difícil su medición, pero sí se advierte el estudio sobre la “artificialización del territorio”, que es consecuencia de una geografía muy montañosa y la consecuente ocupación de los valles que en un momento puede provocar grandes avenidas de agua. De todas maneras, el diagnóstico echa en falta el desarrollo de un conjunto de indicadores ambientales, que se podrían obtener en colaboración con el Eustat, el Instituto Vasco de Estadística.
El estudio realizado por los profesores de la UPV/EHU Victoria de Elizagarate y David Garcia, a instancias del departamento de Obras Públicas y Medio Ambiente, propone un plan estratégico para evaluar y reducir las distintas vulnerabilidades del territorio, para que Gipuzkoa sea un lugar más resiliente.
Podrá adoptar la forma organizativa de “clúster” de la resiliencia del territorio histórico. Esta es una forma de organización en la que podrán estar representados los ciudadanos y los agentes económicos, por medio de asociaciones empresariales, la Cámara de Comercio, y otras organizaciones sociales como la universidad.
El plan contempla la realización de los diagnósticos de vulnerabilidad y resiliencia de los municipios y comarcas de Gipuzkoa, así como el diagnóstico de la vulnerabilidad financiera de la Administración Pública, en el ámbito local, y en el ámbito Foral. Asimismo, invita a un fomento de una estructura empresarial resiliente incentivando las inversiones locales ante el cambio climático.
El plan tiene tres ejes estratégicos: el de organización y gestión, el de participación ciudadana y de otros agentes sociales y económicos; y el de comunicación. El primero prevé crear, estableciendo las diferentes formas de participación de los agentes públicos y privados, estructuras organizativas intangibles, cuyo valor residirá en el conocimiento y en la experiencia generada por las personas, las instituciones y las organizaciones privadas.
El segundo eje, el de participación ciudadana y agentes económicos y sociales, plantea la creación de una red de plataformas en los municipios y comarcas creando distintas mesas de trabajo. Estas plataformas podrán integrar también a los agentes económicos, a los empresarios cuyas inversiones pueden ser objeto de falta de resiliencia, y a otros agentes sociales.
Por último, tenemos el tercer eje de comunicación, que está dirigido a toda la sociedad. Mediante un plan de comunicación con el desarrollo de las principales herramientas de este campo (Internet, redes sociales, publicidad etc.) se contribuirá a la co-creación de la resiliencia del territorio histórico de Gipuzkoa.
Para mayor difusión y alcance, se contempla la creación de una web de la resiliencia y un Portal de Información sobre la resiliencia que contribuya a afianzar una cultura de prevención que pueda abordarse desde los centros educativos y, con el desarrollo de distintas acciones de relaciones públicas, crear así una actitud favorable a la resiliencia.