Tenemos que actuar rápido. Cada grado cuenta
Mikel González BC3 La velocidad de la transición energética dependerá mucho del grado de apoyo social, y para ello es clave que las políticas sean socialmente justas. Con las tecnologías actuales ya podríamos descarbonizar el 80% de las emisiones de CO2.
Uno de los núcleos del mensaje que quiere aportar Mikel González-Eguino es que “vamos tarde” pero “aún estamos a tiempo”. Él es investigador senior del Centro Vasco por el cambio climático BC3 y codirector del Curso de Verano Green Deal: ¿punto de inflexión frente a la crisis climática?
“Las inversiones públicas que conlleva el Green Deal europeo han de dirigirse a la promoción de energías limpias y renovables para ir abandonando progresivamente las fósiles; esta es una oportunidad que no podemos perder” decía Mikel González-Eguino quien confía en el poder tractor de Europa. “Europa ha conseguido desde hace varias décadas mantener una política climática razonablemente estable y ambiciosa. De hecho, ha reducido sus emisiones un 20% desde 1990”. Es muy importante que la UE mantenga su compromiso y liderazgo. USA ha hecho su apuesta y China ha anunciado la reducción de las emisiones a 0 en 2060. En Glasgow veremos cómo se concretan todas estas promesas.
El último informe del IPCC afirma que vamos a llegar a un incremento de 1,5º por la propia inercia del clima pero si hacemos reducciones drásticas de las emisiones de CO2, estaríamos a tiempo aun sobrepasándolo, de volver a ese 1,5 en este siglo. Existe la posibilidad de la misma manera que existe la sensación de desazón. “Desde la ciencia siempre hay que ser claros y directos, contar la verdad, y eso implica decir que la situación de la crisis climática es grave, y que la transición tampoco será fácil en algunos momentos, pero tambien que es posible hacerla. Porque la situación es compleja y difícil no nos podemos permitir el lujo de caer en el pesimismo. Tenemos que dar lo mejor de nosotros y pedir a los gobiernos potenciar todas las políticas públicas que sean necesarias para descartar los peores escenarios que marca el IPCC. Cada décima de grado cuenta.
Apostando por la vía optimista pero también posibilista, Mikel González-Eguino decía que “con las tecnologías actuales podríamos descarbonizar el 80% de las emisiones de CO2 y en muchos casos a un coste inferior al de las energías fósiles. En el sector energético, las renovables son ya más baratas que las fósiles. En movilidad el coste por kilómetro de un coche eléctrico es menor al de uno de combustión.
El uso de las renovables para la producción eléctrica, y el ahorro y eficiencia energética y la electrificación de muchos usos energéticos pueden reducir un 80% las emisiones.
El otro 20 % puede estar en manos de las expectativas que se abren con el hidrógeno verde o las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 y, muy importante, necesitaremos tambien detener la deforestación y aumentar los sumideros de carbono naturales.
La innovación tecnológica es fundamental al igual que la innovación en políticas sociales para que la transición energética sea justa. Es lo que va a regular la velocidad de la transición.
La transición energética necesita de ritmos distintos según las distintas regiones. Las emisiones que ha causado cada país son distintas, el nivel de desarrollo es distintos y la capacidad de maniobra también. La UE se plantea el objetivo de emisiones netas cero en 2050. Que China se comprometa para 2060 no deja de ser muy importante porque emite más que Europa y USA juntos. India con 1300 millones de habitantes apenas emite y tiene que adaptarse a su situación. Las responsabilidades son comunes pero diferenciadas.
Las movilizaciones que se están dando a nivel mundial, fundamentalmente de los jóvenes, es motivo de esperanza a juicio de Mikel González-Eguino y las demandas crecientes de la sociedad “que entiende cada vez mejor las consecuencias de la crisis climática y espero demandará acciones más contundentes para frenar la crisis climática”.
En nuestras manos está controlar el nivel de los cambios que sabemos que se van a dar por eso es imprescindible abandonar progresivamente los combustibles fósiles. “Si eso conlleva tambien un cambio de nuestros hábitos y de nuestro modelo de consumo y desarrollo, tendremos que asumirlo. Se trata de vivir mejor ahora y en el futuro, no de consumir cada vez más”.