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Arantxa Urretabizkaia: “Me parece que todavía hay muchas mujeres que no hacen algunas cosas, no porque están prohibidas, sino porque no se atreven”

La escritora habla sobre la vejez, la trayectoria de las mujeres y el valor de atreverse.

El viernes 5 de julio, Arantxa Urretabizkaia ofreció una ponencia en el Palacio Miramar de San Sebastián, donde compartió sus reflexiones sobre la vejez, el recorrido vital de las mujeres y la importancia de atreverse a romper barreras. La escritora, que ha publicado un libro sobre el envejecimiento, habló de cómo la sociedad ha desarrollado una visión negativa de la vejez y subrayó la necesidad de cambiar esta percepción. Además, Urretabizkaia destacó la diversidad de trayectorias que pueden seguir las mujeres, alejándose de los caminos tradicionales, y animó a todas a perseguir sus propios sueños y decisiones con valentía.

Has mencionado que la sociedad se avergüenza de la vejez, ¿Cómo se podría cambiar la percepción que tenemos?

Eso no siempre ha sido así, las personas mayores de mi generación no sentían vergüenza al envejecer, eso me cuenta mi memoria al menos. Orgullosas decían tengo ochenta años, pero en estas últimas décadas hemos aceptado como una especie de dicotomía: joven es igual a bueno y viejo e igual a malo. Nos da vergüenza envejecer, no está bien visto.

¿Cómo empezaste en el mundo de la literatura y desde cuándo te preocupaste por escribir sobre las mujeres?

Yo llevo muchos años en esto, más de 50, desde que mi nombre apareció por primera vez en una portada, han pasado 50 años. A mí siempre me ha gustado mucho leer, de hecho, a veces me escondía para leer porque mi madre pensaba que leía mucho. En un momento dado pensé que eso que tanto me gustaba a mí, quizás también lo podría hacer yo. Ahí tuve la suerte de ser la primera mujer que hiciese una novele en euskera, pero yo no notaba que estuviese haciendo nada raro, muchos de los libros que yo leía eran escritos por mujeres, no era ser como el primer astronauta que va a la luna. Era normal escribir, en euskera no tanto, pero para mí no era raro, a mí me pareció natural.

En tus libros las protagonistas eran mujeres mayores, pero no querías que fueran abuelas entrañables, ¿Qué tipo de mujeres querías mostrar?

He querido mostrar mujeres que han tenido, recorrido y también han elegido un final especial. Me parece que cuando se generaliza la trayectoria de las mujeres de mi generación, la mayoría de las veces se adopta la ruta tradicional: joven, con pocos estudios, un poco de trabajo, casadas, niños, abuelas, etc. Ese es un camino, probablemente el que más se da, pero ahora y en siglos anteriores muchas mujeres han hecho otro recorrido y yo quería reflejar eso en este cuento. No tengo nada en contra de las que hacen o han hecho el recorrido tradicional, cada cual hace lo que quiere, pero quería señalar que no todas las mujeres hemos hecho ese recorrido tradicional.

Has comentado que las mujeres siempre están ligadas a un hombre, ¿Cómo puede cambiar eso?

No sé, si yo tuviera poder para eso prohibiría la abnegación en el código penal. Tu mayor capacidad es esa capacidad que tienes para dársela a los demás, y si alguien quiere tomar ese camino, que lo tome, pero hay que tener en cuenta que, aunque seas madre, hija o abuela, tú eres tú y las decisiones de tu vida son tuyas. Cómo se consigue esto, a la vista está que, con dificultad, pero no vamos por mal camino.

¿Qué mensaje quieres transmitir a las mujeres?

Yo no pongo un mensaje, quiero contar una historia y que le interese al lector. Me parece que todavía hay muchas mujeres que no hacen algunas cosas, no porque están prohibidas, sino porque no se atreven. No está prohibido escribir una novela, es porque no se atreven, como en muchas otras cosas. En caso de mandar un mensaje les diría que se atrevieran, que no pasa nada.