Cambio global y mega-incendios
Inazio Martínez de Arano: “No existe una política forestal que ofrezca estrategias de gestión de incendios desde un punto de vista holístico”
En el ciclo de conferencias organizado por el Donostia Sustainability Forum de la UPV, se ha abordado un tema de gran actualidad de la mano del experto Inazio Martínez de Arano: los incendios forestales y cómo les afecta a éstos la emergencia climática. Sobre todo, Martínez de Arano ha analizado en su intervención el problema de los mega-incendios y la respuesta que ello requiere.
El investigador Inazio Martínez de Arano trabaja en EFI, el European Forest Institute. Conoce la situación de muchos países europeos y de fuera de Europa, entre otras cosas porque lleva años investigando en el área forestal de la Universidad Australia de Chile. También ha trabajado como investigador freelance y ha conocido el tema de la gestión forestal desde dentro. Su especialidad radica en la relación entre ciencia e innovación en el ámbito forestal.
La charla ha comenzado con datos de sobre incendios y situación forestal. Es evidente que Europa tiene un problema estructural de incendios forestales. Por ejemplo, en cuatro países del sur, Portugal, España, Italia y Grecia, el problema ha persistido en el tiempo y cada año se queman unas 400.000 hectáreas.
Los números son muy altos, pero no todos los incendios son iguales. La mayoría no duran en el tiempo y la capacidad de extinción de incendios es enorme, según Martínez de Arano, de forma que la mayoría se apagan en los primeros minutos. Pero el problema son esos pocos que se nos escapan. En Europa, dice Martínez de Arano, el 2% de los incendios quema el 80% de la superficie.
Hace 30-40 años, los grandes incendios ocurrían de vez en cuando, pero en la actualidad se han multiplicado. A modo de ejemplo, Martínez de Arano ha recordado un gran incendio en Euskal Herria: en 1989 se quemaron 30.000 hectáreas en 5 días. Son fuegos que no ocurrían con frecuencia. Pero en las últimas décadas, casi todos los años hay alguno, y en ocasiones son muy violentos. Esto nos da una indicación del riesgo existente.
En cualquier caso, y según el punto de vista, los incendios pueden considerarse uno de los sistemas naturales de renovación de ecosistemas. Martínez de Arano ha destacado que en Siberia estos fuegos no se apagan si no se llega a una casa. En el sur de Europa, en cambio, basamos nuestra actividad contra incendios en la extinción.
Y aunque parezca una paradoja, hoy en día los bosques y las plantaciones de árboles han ocupado más superficie que nunca. En la actualidad, el bosque representa el 43% del territorio europeo. Y visto desde el punto de vista de la emergencia climática, este bosque absorbe el 13% de las emisiones. «La expansión forestal en Europa es muy rápida y violenta», dice Martínez de Arano. Y no se trata únicamente de plantaciones, sino que normalmente se regenera el bosque natural. Esto se debe al fracaso de la economía del medio rural. En consecuencia, el bosque es muy joven, sin un gran valor económico y con una estructura que favorece los incendios.
Ésta es una de las causas del problema de los mega-incendios, la existencia de una cantidad muy elevada de biomasa que se puede quemar. Asimismo, debido a la gran proporción del territorio que ocupa la superficie forestal, la frontera entre el bosque y el núcleo urbano también ha aumentado lo que implica que cuando se propaga un gran incendio, éste alcance con facilidad un entorno habitado por muchas personas.
«Cuando vemos el bosque, cada uno ve lo suyo», dice Martínez de Arano. «Un ecólogo ve los ecosistemas, los forestales ven la madera, desde la ganadería se ve la hierba de los pastos y un bombero ve el combustible».
Martínez de Arano ha utilizado la idea del cambio global en lugar de hablar sólo del clima, porque el clima está acompañado de muchos cambios. Por ejemplo, ha cambiado la globalización y la urbanización, y ha aumentado mucho el sector terciario. «No es un problema ecológico, es un problema social y económico», afirma. Aumenta el riesgo de grandes incendios y se amplía la época del año. Las sequías son más largas y calurosas. Lluvias, más intensas. Todo ello ha supuesto unas condiciones extremas, incluso en el ámbito de los incendios. Ante eso, hay que actuar de alguna manera.
No se ha investigado mucho sobre las causas, el por qué se prenden los fuegos. «Normalmente hablamos de factores morales», dice el ponente. Buscamos el tipo de culpa: accidente, siniestro o negligencia. Pero no analizamos los problemas sociológicos subyacentes.
«Es evidente que estamos llegando al límite de estrategias basadas en la mera extinción de incendios», afirma Martínez de Arano. Por un lado, por su limitada eficacia contra los fuegos extremos y, por otro, por su elevado coste económico. Con el tiempo, además, muchos países han optado por abordar la extinción de incendios desde la protección civil. Hay muchos lobbies relacionados con el tema y, en consecuencia, una gran fragmentación de la política. No sabemos cuánto gasta Europa en la lucha contra los incendios, las cuentas no están hechas. En cualquier caso, lo que se invierte en recursos ignífugos se pierde del presupuesto de gestión forestal. En Estados Unidos, por ejemplo, el 40% del presupuesto forestal es una inversión contra el fuego. También en Europa muchos piden un aumento de los presupuestos. «¿Pero, dónde está el límite?», pregunta Martínez de Arano.
A su juicio, es necesario desarrollar nuevas estrategias de gestión de incendios. Estrategias holísticas, es decir, que consideran todo el contexto. No se trata de una mera gestión del bosque, sino de algo más general. En el mundo se ha recopilado información sobre megaincendios como los de Portugal, Grecia, el oeste de Estados Unidos o Australia. Pero cada lugar tiene unas características propias, por lo que hay que hacer más investigación, desde diferentes puntos de vista. Ignacio Martínez de Arano está convencido de que «necesitamos una estrategia holística, también en el País Vasco».