“En el patrimonio Cultural Inmaterial la palabra ‘conservar’ no sirve, ya que es una continua adaptación al entorno social y económico”
Manuel Lezertua ha hecho ha hecho una reflexión sobre el patrimonio cultural poniendo como referencia el conjunto de bienes de nuestra sociedad que con el paso del tiempo han logrado un “significado especial que los han hecho merecedores de protección”. Cree que el patrimonio cultural debe concentrar su mirada en la “huella”, es decir, en el “legado que ha sobrevivido al paso del tiempo y nos permite reconocer los valores sobre los que hemos ido construyendo nuestro presente y sobre los que proyectamos a las próximas generaciones el futuro”.
“Una de las representaciones de nuestro patrimonio hace referencia a la arquitectura”. La arquitectura, como el arte de “proyectar y construir edificios” es un elemento fundamental para el “desarrollo de la civilización mediante la creación de viviendas de todo tipo”.
Destacaba el papel del Consejo de Europa en la salvaguardia del Patrimonio arquitectónico. El Consejo de Europa empezó a actuar a mediados del siglo XX porque era necesaria una interacción ante los conflictos Bélicos de ese siglo que provocó la destrucción del patrimonio. Una de las primeras actividades del Consejo de Europa fue el Convenio Cultural Europeo. Este Convenio “comprometía a los estados firmantes adoptar las medidas convenientes para salvaguardar su acotación al patrimonio cultural común Europeo y fomentar su desarrollo”. Otra de las actividades fue la Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico adoptada en Granada en 1975. “Este documento reconocía como Patrimonio Cultural Arquitectónico no solo a sus monumentos más importantes, sino también a los monumentos históricos de ciudades y pueblo en su entorno natural”. Con estos tratados se pretende “favorecer la cooperación de los Estados y en caso necesario apoyar y complementar su acción”.
Manuel Lezertua también ha destacado una de las últimas decisiones que han tomado el Parlamento y el Consejo Europeo: la declaración del año 2018 como Año Europeo del Patrimonio Cultural”. Dentro de los objetivos para ese año está el de “promover modelos innovadores de Gobernancia y gestión participativa del Patrimonio Cultural”.
Por último, ha hecho referencia al mandato constitucional para proteger el Patrimonio Histórico Cultural que está dirigido a todo el público joven. Para ello “se establece la obligación de mantener y conservar el patrimonio y una vez debidamente garantizado se encomienda promover su enriquecimiento”.
María Ángeles Querol Fernández, Catedrática de Prehistoria de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, ha subrayado la importancia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
El Patrimonio Cultural Inmaterial son “todas las actividades o manifestaciones Culturales que son tradicionales y se han ido pasando de generación en generación a través de las familias y de los pueblos”. La mayoría proceden del Siglo XIX y son “fiestas, bailes, maneras de hablar, maneras de hacer cerámicas… cosas que fundamentalmente pertenecen a la época preindustrial”. María Ángeles Querol afirma que muchas de ellas se han perdido y otras se han mantenido, pero “siempre se están cambiando por sus protagonistas”.
Por lo tanto, teniendo en cuenta que en el Patrimonio Cultural Inmaterial son sus protagonistas los que se encargan de que se mantenga y se traspase de generación y generación, la palabra “conservar” no sirve”. La palabra “conservar” que se utiliza en las demás Leyes para la conservación o protección del Patrimonio no sirve para el patrimonio cultural inmaterial. En este caso los protagonistas se adaptan al entorno social y económico. “Esa adaptación contínua hace que sobreviva lo que mejor se adapta”. Por eso hay cosas que se pierden, porque no todas consiguen adaptarse a los cambios. No es un asunto de conservar a base de normas, es cuestión de dejar a los protagonistas adaptarse al entorno.
Querol Fernández afirma que hay dos posibilidades para proteger el patrimonio cultural inmaterial: “o cambiar las normas e introducir en ellas la pequeña protección o asumir que para proteger el patrimonio cultural inmaterial no hacen falta Leyes”. “ Si hay que modificar algo, que lo modifiquen sus protagonistas”.