“El lenguaje nos obliga a buscar sentido a lo que nos rodea”
“Imaginaos un iceberg. La parte visible representa las expresiones externalizadas, es decir, la forma. El límite del agua es el límite de nuestro organismo y lo de dentro, la estructura sintáctica proposicional”. Esta es la metáfora de la que se ha valido Itziar Laka, profesora de la UPV/EHU y lingüista para explicar la manera en la que “articulamos nuestro lenguaje”.
Según ha afirmado, “no existe una correlación directa entre el sentido y la forma. Somos los humanos quienes le damos sentido a los fonemas”. Para ilustrar esto más claramente, la profesora ha puesto el ejemplo de una frase empleada por el también lingüista Noam Chomsky que dice “ideas verdes incoloras duermen furiosamente” a lo que Itziar Laka añade que “es una frase que claramente carece de lógica, pero que sin embargo, nuestra cabeza trata de hallar el sentido porque la frase es sintácticamente correcta”.
Además, ha aludido al psicólogo V. S. Ramachandran, quien tras llevar a cabo un experimento donde se analizaba la correlación entre los sonidos y las formas, llegó a la conclusión de que “cabe la posibilidad de que la lengua tenga cierto origen sinestésico y que la relación entre forma y sentido no sea tan arbitraria como creemos. Es lo que se denomina simbolismo fonológico”.
A este descubrimiento se le añade el hallazgo de la proteína FoxP2 en la década de los 90. “Se ha demostrado que existe una correlación entre el FoxP2 y el desarrollo del lenguaje humano que hace que seamos capaces de producir fonemas y de procesarlos a velocidades vertiginosas”. Sorprendentemente, los pájaros cantores son la especie animal que más parecidamente tiene mutada esta proteína, por lo que podemos afirmar que su lenguaje se asemeja más al lenguaje humano que el de cualquier otro primate primo nuestro”.
Itziar Laka ha explicado que “los animales tienen cognición y piensan y son capaces de categorizar conceptos naturales de la realidad que los rodea”. Sin embargo, existe una clara diferenciación entre el lenguaje humano y animal. “Los animales no han desarrollado elementos funcionales del lenguaje, es decir, no tienen deícticos, ni estructuras sintácticas para formular preguntas, ni categorías discretas (palabras para transmitir negaciones, números)”.
“Si bien es verdad que existen diferencias entre el lenguaje animal y el humano, los mecanismos de estructuras sintácticas y proposicionales de las lenguas humanas son compartidas por todas las culturas”. Para explicar esto, Itziar Laka ha comparado el euskera con el castellano. “Mientas que el euskera es una lengua ergativa, el castellano es de tipo nominal”. Esto significa que el castellano prioriza en su estructura sintáctica el agente de la acción y la acción, mientras que el euskera prioriza el agente paciente. “Sintácticamente el euskera tiene mucha semejanza con el japonés”.
La profesora ha criticado la actitud de varios investigadores que han declarado en sus estudios que “las lenguas nominales son lenguas más evolucionadas y más eficientes que las lenguas ergativas. Sin embargo, no hay evidencias que sostengan dichas afirmaciones”. Según ha declarado, todas las lenguas son igualmente válidas y no implica que “los sujetos tengan una visión diferente que otras culturas”. “Todas las culturas del mundo compartimos el mismo fondo del iceberg. Es más lo que nos une que lo que nos separa”.