Si este fuese el último instante de nuestras vidas, ¿qué harías?
Como bien ha defendido el catedrático y ex ministro de educación, “vivimos en una sociedad muy predispuesta al no. No aceptamos condiciones, no podemos hacerlo, no cometemos errores… “¿Existe acaso la posibilidad de tener un pensamiento afirmativo? ¿Cómo vamos a aprender a vivir la vida si no somos capaces de apostar por ella con una mirada esperanzadora?”.
“Yo soy de los que creen que nunca acabamos de nacer”. Es que yo soy así, tengo un carácter muy fuerte. Pues no lo tengas. No justifiques tu manera de ser para no cambiar. “La construcción de cada persona está en el ejercicio propio. Quién yo soy o tú eres, se basa en el trabajo corporal y espiritual que se haga para poder llegar a ser mejor persona”. “Por desgracia vivimos en un mundo que a pesar de su desparpajo, es poco valiente. No es que le falte valentía, sino que a veces le falta valor”.
“También creo que deberíamos querernos más, querernos mucho”. La gente que no se quiere es peligrosa. Pero la gente que se gusta mucho también lo es. “Tenemos que gustarnos poco queriéndonos mucho, y pensar de qué manera nos gustaría ser”. No paralizarnos en un mundo que parece que nadie es responsable y todos somos víctimas.
¿Cuántas veces nos hemos engañado diciendo: el lunes empezaré la dieta, saldré a correr, dejaré de fumar… y no lo hemos hecho porque no nos encontrábamos en la ocasión propicia para ello? Nadie adelgaza de repente, ni tampoco deja de fumar si continúa yendo al estanco. “Si todos estuviéramos esperando al día y a la situación adecuada, no llegaríamos a nada. Hoy es el día. Todos los días es hoy. Este hoy es irrepetible y nunca volverá. Ni tampoco este ahora”.
Pero la prioridad no somos sólo nosotros, la prioridad es también trabajar por los problemas de los demás. Las personas sometidas a pésimas condiciones laborales, incertidumbre, bajas expectativas, problemas económicas… están con nosotros, aquí. Y también sufren, lloran y están tristes. “Tenemos que trabajar para prevenir y ayudar ante estas situaciones. Es la única manera que tenemos para luchar juntos a favor de un mundo más libre y justo”. Y es que como bien dijo Marco Aurelio, “lo que no beneficia a la colmena tampoco beneficia a la abeja”. A su vez, Gabilondo defendía la necesidad de buscar instituciones y derechos que atiendan a las personas vulnerables. “Estas instituciones están edificadas por estructuras que definen el modo de vida actual, pero hay muchas personas que se quedan fuera de ellas. Y esto no se puede tolerar. Ningún ser humano debe tener diferencia de derechos respecto a otra persona”.
Para Gabilondo, el hombre es un ser efímero. Es decir, ser de un día. Como el pan y el periódico. ¿Y cómo debe vivir un ser efímero? “Día a día. Vivir cada momento como si fuese el último, como si no volviese a ocurrir. Que al acabar el día con una sonrisa seamos capaces de decir: hoy he vivido. Vivir por encima de nuestras realidades, como si estuviésemos a punto de morir. Valorar la vida. De eso se trata al fin y al cabo, de tragar la vida a sorbitos, pausarse, y seguir disfrutando de ella”.
Si este fuese el último instante de nuestras vidas, ¿qué harías?