Sin confianza no hay mecenazgo
Manifestó que hemos explicado demasiado numéricamente lo que ha pasado con la crisis y por ello, para hablar de cultura hay que cambiar la perspectiva. Expresó que “todo está demasiado basado en los números y los intereses de crecimiento económico se han planteado en confrontación a nuestro crecimiento como seres humanos”. Para fortalecer su argumento utilizó una cita de Martha Nussbaum que decía así:
“Sedientos de dinero, los estados nacionales y sus sistemas de educación están descartando sin advertirlo ciertas aptitudes que son necesarias para mantener viva la democracia. Si esta tendencia se prolonga, las naciones de todo el mundo en breve producirán generaciones enteras de máquinas utilitarias, en lugar de ciudadanos cabales con la capacidad de pensar por sí mismos, poseer una mirada crítica sobre las tradiciones y comprender la importancia de sus logros y sufrimiento ajenos. El futuro de la democracia mundial prende de un hilo”.
“Las artes y las humanidades son necesarias como resistencia ante la barbarie mediante un pensamiento crítico autónomo y además sirven para el cultivo de una empatía mediante el fortalecimiento de la imaginación” dijo apoyándose de nuevo en las palabras de la filósofa estadounidense Martha Nussbaum.
Pilar Gonzalo continuó su conferencia hablando de “los de la cultura”, grupo que caracterizó con un “ADN reivindicativo” que ha salido a la calle a protestar. “La cultura reivindica la financiación, medidas de protección económica como el IVA cultural y la ley del mecenazgo. De hecho, se ha llegado a pedir un rescate económico. Pilar Gonzalo criticó que este rescate lo han reclamado las personas que eran capaces de gestionar proyectos públicos” e hizo un símil con Rapunzel que estaba esperando en una torre para que la rescataran en vez de actuar con sus medios. Pilar Gonzalo aludió también a otros medios para protestar que se utilizan a día de hoy con impacto que pueden causar. Se refirió a plataformas digitales como change.org y puso como ejemplo la campaña de “Mahou y Los desleales” que mediante la firma de 11.400 personas, reivindicaban las condiciones laborales de los músicos y que lograron que Mahou retirara su anuncio un día después de haberlo lanzado.
Por otro lado, Pilar Gonzalo dijo que hay una falta de estructura “en España el producto cultural es bueno, como en obras de arte, pero no hemos sabido gestionarlos bien ni de una forma sostenible”. Uno de los fallos de “los de la cultura” es que se han centrado en hablar con los políticos y no con los ciudadanos. De esta manera, Pilar Gonzalo mencionó a Martin Park cuando que dijo que “la cultura necesita la complicidad de la gente. Los ciudadanos comprometidos con la cultura presionaran a los políticos para que la apoyen”.
A continuación Pilar Gonzalo se centró en los donantes. Explicó que estas personas cuando donan lo hacen por dos razones principales. La primera es porque alguien se lo pide y la segunda y más importante, porque creen apasionadamente en una causa y que su dinero ayudará a alcanzarla. para que funcione debe existir confianza y un apoyo mutuo entre donantes y organizaciones culturales.
En cuanto a la forma de recaudar dinero, la ponente decía que hay que apostar por la honradez. Se necesita una formación y profesionalización por la que se utiliza la regla de los tres tercios. Esta consiste en que haya un equilibrio entre la financiación pública como ayudas, subvenciones y subsidios; la generación de ingresos propios como taquilla, alquiler de espacios y merchandising; y la captación de fondos planificada como el patrocinio, convenios de colaboración y mecenazgo. Tras una investigación se dieron cuenta de que el 50% de los museos no tenía definida su misión y de esta forma es imposible enganchar con los ciudadanos. Aludía a la importancia de la comunicación entre las organizaciones culturales y sus grupos de interés, “es necesario medir el valor que genera tu proyecto -decía Pilar Gonzalo- se puede incrementar el valor sin necesidad de aumentar el coste. La comunicación es una vía importante”. Para que los ciudadanos participen tienen que sentir que la organización les importa y que se compromete con ellos. Por lo tanto es recomendable utilizar recursos como la rendición de cuentas, que consiste en contar a los donantes qué se va a hacer con su dinero y cómo y en qué lo van a gastar. Esta es una cuestión fundamental ya que sin confianza no hay mecenazgo, se necesita transparencia. ya que los donantes donan porque creen apasionadamente en la causa.
Finalmente, la ponente expuso la necesidad de que exista una contratación responsable, supervisión y exigencia de resultados para poder financiar la cultura responsablemente. Dijo que en la Encuesta de hábitos y prácticas culturales 2004-2005, se detectaron una serie de barreras para las que se han desarrollado una serie de políticas de acceso específicas. La política de conciliación cultural está enfocada a personas de entre 35 y 45 años ya que aunque tienen poder de adquisición económica no van a museos por falta de tiempo. La política de difusión dirigida a jóvenes se centra en que haya una mayor diversidad de ofertas, servicios y reducción de precios. También se lleva a cabo la política de acompañamiento y mediación cultural enfocado a personas mayores de 75 años. Así mismo, se ha desarrollado la política de socialización, difusión y diversificación en la oferta para personas que viven solas. Entre otros retos y debates, destacó la casilla cultural del IRPF; la construcción, difusión y fortalecimiento del relato cultural (advocacy), políticas de diversidad en cuanto a edad, género o funcional y la contratación responsable, compra verde, social y ética.