Censor franquista: “es una estupidez literariamente, y parece escrito por un deficiente mental”
Xavier Pla, profesor de la Universidad de Girona ha participado en el Congreso Internacional: Censura y Literatura. Memorias contestadas con la ponencia “El delito de escribir: el riesgo de publicar. Censura franquista y autocensura en la literatura catalana de posguerra”.
En 1939 comenzó el proceso de destrucción del público lector en lengua catalana. Silenciada en su propio país, con una buena parte de los escritores todavía en el exilio, con una cultura dividida entre silencio del exilio interior y la tentación de publicar en castellano, y, sobretodo, con una férrea censura lingüística, moral e ideológica que obstaculizaba cualquier iniciativa de recuperación cultural, la literatura catalana se encontró con el reto de asumir una lenta recuperación que, a mediados de los años cincuenta del siglo pasado empezó a hacerse efectiva, resquebrajó la represión genocida del régimen de Franco y recuperó una buena parte del público lector anterior a 1936.
Como ejemplo del tono, las palabras y los conceptos usados por la dictadura contra obras literarias catalanas, el profesor ha traído este informe del lector de la censura franquista, desautorizando en 1958 una obra de Blai Bonet
Blay (Blas) Bonet, escritor mallorquín —chueta, por el apellido—, debe de tener la idea de que el departamento de Censura de este Ministerio está integrado por un verdadero atajo de cretinos: que no entienden nada de nada… No de otra forma se comprende que haya presentado esta especie de Poema, para su lectura aquí. El “Calvario” a que por dos veces se refiere el título es el de los pobres catalanes, aherrojados por el pérfido español: sin otro arbitrio que el de llamar JERUSALÉN a BARCELONA; aunque con tanta claridad que uno de los versos dice: “que en las fechas, Barcelona, perdón, Jerusalén…”
El libro, cuyas páginas por cierto vienen sin numerar, es una estupidez literariamente, y parece escrito por un deficiente mental. Desde el punto de vista, no ya político, sino patriótico, recusable y hasta perseguible como un delito común.
El lector que suscribe empezó, como se verá, tachando palabras sueltas y hasta algún verso. A partir de las páginas cuyo pico aparece doblado, abandonó la tarea, pues en realidad había que empezar a tacharlo ya todo.
Es una babosidad completa. Completísima. RESUMEN: IMPUBLICABLE Y TENTATIVA DE DELITO. Mejor aún: delito, frustrado por nosotros.
Se declara concluso el expediente y se mantiene la DENEGACIÓN